Vive tu sueño. Nadie puede vivirlo por ti.

El miedo al éxito y al fracaso son las dos caras de una misma moneda; afortunadamente la claridad y la perseverancia son antídotos

Todos recordamos la famosa intervención de Martin Luther King, “I Have a Dream”, uno de los discursos políticos más potentes de la era moderna. Es en parte gracias a él que la perspectiva de tener un sueño como un horizonte de cambio para la realidad ha quedado sólidamente sustentada. No se trata de la expresión “soñar despierto” que la gente suele confundir con distracciones, ni con un falso optimismo a la moda: se trata de construir una visión para nuestra propia vida y enseñarnos a vivir de acuerdo a ella.

Si bien los agentes de cambio, rebeldes y soñadores de todos los tiempos nos han compartido sus rutas para generar estas visiones, ninguno puede hacernos vivirlas. Ni líderes religiosos como Jesús o Buda, ni pensadores políticos como Luther King o Nelson Mandela, ni siquiera iconos pacifistas como Gandhi o John Lennon pueden cambiar un ápice nuestra forma de vida si no vivimos acorde a una visión propia: los soñadores nos enseñan a soñar, pero nadie puede soñar el sueño de otro. Lo maravilloso de los sueños es eso, que son intransferibles. Pero existen dos miedos básicos que muchas veces nos impiden vivirlos: el miedo al fracaso y el miedo al éxito.

El primero implica que nuestra visión sigue subordinada a la aprobación de los demás. Que en nuestro fuero interno aún estamos solicitando permiso para hacer lo que más deseamos. Esto tiene mucho que ver con el miedo a lo desconocido. Pero el fracaso puede ser domado si aprendemos a hackearlo; a comprender que su modo de operar puede ser intervenido. Nuestra visión puede encontrarse con retrasos, obstáculos u oposiciones, pero si es fuerte aprenderá a alimentarse de estos retrasos, y quizá incluso a convertirlos en tiempo ganado. Sólo fracasamos cuando renunciamos a nuestro sueño, y renunciar a él es una elección que tomamos en cada momento.

El miedo al éxito es la contraparte del miedo anterior: el éxito no es una meta programada socialmente, ni una serie de parámetros prescritos que debamos alcanzar. Nuestro éxito debe medirse solamente bajo nuestros propios términos. Probablemente nos encontremos pensando: muy bien, seguiré mi sueño… pero cuando lo alcance, ¿qué seguirá? No lo sabemos. Solamente si nuestra visión es suficientemente poderosa y amplia no se limitará a darnos satisfacción personal: siempre seguirá motivándonos y sugiriéndonos nuevas rutas, nos llevará con ella a lugares y personas insospechadas, se convertirá en nuestra vida y nuestra vida será nuestro sueño.

 http://faenaaleph.com/es/articles/vive-tu-sueno-que-nadie-puede-vivirlo-por-ti/

Nuestro Testigo

Según cuenta un viejo relato japonés, en cierta ocasión, un belicoso samurái desafió a un anciano maestro zen a que le explicara los conceptos de cielo e infierno. Pero monje replicó con desprecio:

– ¡No eres más que un patán y no puedo malgastar mi tiempo con tus tonterías!

El samurái, herido en su honor, montó en cólera y, desenvainado la espada, exclamó:

– Tu impertinencia te costará la vida.

– ¡Eso – replicó entonces el maestro- es el infierno!

Conmovido por la exactitud de las palabras del maestro sobre la cólera que le estaba atenazando, el samurái se calmó, envainó la espada y se postró ante él, agradecido.

¡Y eso –concluyó entonces el maestro-, eso es el cielo!

 

Inteligencia Emocional. Damiel Goleman

 

 

“La observación de uno mismo permite la toma de conciencia ecuánime de los sentimientos apasionados o turbulentos. También y/o en otros casos, constituye una especie de paso atrás que permite distanciarse de la experiencia y ubicarse en una corriente paralela de conciencia que es `meta´, que flota por encima, o que está junto- a la corriente principal y, en consecuencia, impide sumergirse por completo es lo que está ocurriendo y perderse en ello, y en cambio, favorecer la toma de conciencia”.

Inteligencia Emocional. Daniel Goleman.

 

Hace más de doce años practicaba semanalmente,  guiado por el maestro Antonio Llopis, aquellos ejercicios mediante los cuales descubrimos las emociones; cómo nos aferrábamos a ellas y como a golpe de palmada, las dejábamos marchar. Y en ambos casos, nunca nos pertenecieron, ni en los momentos de mayor aferramiento.

Cuánta sabiduría y qué maravilloso fue el camino que comenzamos contigo.

Gracias maestro.

 

 

 

 

 

45′ Para un Orador.

John Cage en una de sus conferencias sobre música y composición.  (Siemple salvando su estructura)

45′ PARA UN ORADOR

 

Las priviegiadas notas

restantes se disponen en

modos o escalas u hoy en día en series

y comienza un proceso abstracto denominado

composición. Expresar una idea.

 

La única estructura

que permite la actividad natural es tan

flexible que no es estructura; escribo

para escuchar; nunca escucho y entonces

escribo lo que escucho. La inspiración no es

un acontecimiento especial.

 

Después de estudiar

música los hombres son hombres y los sonidos

son sonidos. Y sustraigan; es decir, al

principio podemos

oir

un sonido

y decir

 

 

 

En la situación directa; es

 

Si no nos gusta podemos

elegir

evitarlo

pero lo que

el silencio requiere no es eso.

 

Lo que pienso & lo que siento pueden

ser mi inspiración pero también un

par de anteojeras. Para ver tenemos que ir

más allá de la imaginación y para ello

tenemos que quedarnos absolutamente quietos como si estuvieramos

en medio de un salto.

(…)

No perturbaré con mi preocupación la estructura de nada

que vaya a actuar;

actuar es un milagro y necesita que todos mis yos

se quiten de en medio. Un error es sólo una

incapacidad para adaptarse inmediatamente desde una idea preconcebida

a una realidad.

 

Sin embargo, se me ocurre

algo más que decir sobre

la estructura.

Concretamente esto:

Estamos ahora

en el principio.

 

O no

Y no es

un ser humano o algo

 

que mirar; es agudo o grave-

tiene un cierto timbre y volumen,

tiene cierta longitud en el tiempo.

 

Fin

Es necesario ver que no solamente hay una profunda

distinción que hacer entre componer y escuchar

sino que aunque todas las cosas son diferentes no

son sus diferencias lo que debe importarnos

sino más bien su unicidad y su infinito

juego de interpretaciones consigo mismas y con

nosotros.

 

 

(Textos de trabajo en nuestros entrenamientos de voz)

 

Tus resonadores

Para activar nuestros resonadores superiores, en la ultima sesión con Katrina, tomando una “m” y con total libertad haciéndola viajar por nuestra garganta, boca, nariz y senos, como acompañamiento a Kinshi Tsuruta: Epic recitation of the genre Satsuma-Biwa.

Un ejercicio muy efectivo y liberador. Los resonadores radiantemente despiertos, y nosotros conscientes de ellos.

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The King´s Speech

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The King´s Speech

La visión cinematigráfica de Tom Hopper y el guionista David Seidler sobre Jorge VI y su terapeuta Logue. Un film basada en hechos reales, el escritor comenzó a leer acerca del monarca después de superar su propia tartamudez durante su juventud. Nueve semanas antes del rodaje, fueron descubiertos los cuadernos de Logue y algunas citas de ellos se incorporaron al guion.

Excelente trabajo de Colin Firth como El Rey Jorge VI, Helena Bonham Carter como la Reina Isabel y Geoffrey Rush como Lionel Logue.

George.- Nada de tonterías personales. Sí, creí haberlo dejado muy claro en nuestra entrevista.

Lionel.- ¿Tiene el chelín que me debe?

George.- No lo tengo.

Lionel.- – No le creo.

George.- Además usted me engañó.

Lionel.- Los ejercicios físicos y los trucos son importantes pero lo que está pidiendo sólo trata la superficie del problema.

George.- Eso es suficiente.

Lionel.- No, por como lo veo…

Elisabeth.- Mi esposo tiene dificultades técnicas con su habla.

George.- Estoy…

Elisabeth.- Tal vez sólo deba tratar eso.

George.- Estoy dispuesto a trabajar duro, Dr. Logue.

Lionel.- Lionel.

George.- ¿Está dispuesto a hacer lo suyo?

Lionel.- Está bien. ¿Quiere técnica? Debemos relajar los músculos de la garganta y fortalecer la lengua…repitiendo trabalenguas. Por ejemplo: tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal, en tres tristes trastos tragaban trigo tres tristes tigres.

George.- Bien.

Lionel.- Y tiene una barriga flácida, así que necesitamos fortalecer su diafragma.

George.- Sólo técnica.

Elisabeth.- Es lo que pedimos.

Lionel.- Y eso es digno de un chelín.

George.- ¡Olvídese del maldito chelín! Tal vez en ocasiones, se requiera de su ayuda para afrontar algunos eventos de menor importancia. ¿Eso sería posible?

Lionel.- Por supuesto.

Elisabeth.- Esos serían todos sus servicios.

George.-¿Lo veré la próxima semana?

Lionel.- Le veré todos los días. Sienta cómo se afloja la mandíbula. Bien. Saltitos. Saltos. Suelte los hombros. Bien, bien, bien. Ahora aflójela. Inhala profundamente. Expande el pecho. Pon tus manos en las costillas. Más profundo. Bien. ¿Cómo se siente?

George.- Lleno de aire caliente.

Lionel.- ¿No se trata de eso los discursos públicos?

George.- Mi esposa y yo estamos contentos por visitar esta importante…

Lionel.- Respira profundo… y levanta a su Alteza Real. Exhala lentamente, y baja a su Alteza Real.

Elisabeth.- ¿Estás bien, Bertie?

George.- Sí.

Elisabeth.- Esto es bastante divertido.

George.- Madre.

Lionel.- Acorta la M.

George.- Madre. “…manufactura del distrito… ”

Lionel.- Otra inhalación profunda. Jack y Jill.

George.- Jack y Jill…

Lionel.- …sisaban yuyos.

George.- …sisaban yuyos.

Lionel.- Balancéate. Perfecto. Suelta los hombros.

George.- El trapero tapa con trapos… la tripa del potro.Chicos cuentas cuentos, cientos de cuentos cuentan.

Lionel.- ¿Tienes poca memoria, Bertie? Vamos.

George.- Una vaca. Una vaca, una vaca, una vaca.

Lionel.- Un rey.

George.- Un rey.

Lionel.- Si puedes gritar vocales en una ventana… …puedes aprender a pronunciar un discurso.

Elisabeth.- Cincuenta.

Lionel.- Respira profundo y… Esto es… Deja que fluyan las palabras.

George.- ¡Esto no funciona!

Lionel.- Vamos, una vez más, Bertie. Puedes hacerlo.

George.- …tragaban trigo en un trigal… Padre. Padre. Padre. Padre. Padre.

Lionel.- P-A-D-R-E.

George.- Padre. Padre.

Lionel.- Padre. Padre.